LA JUSTICIA NO ES NEGOCIABLE

Política

Jul 24, 2024

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Autor:
Benjamín García
Benjamín García

La ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Norma, Lucía Piña Hernández, sin duda, ha respondido al pueblo mexicano mediante su defensa a un poder judicial fuerte, vinculante de nuestra constitución y la tutela de la dignidad.

No es fácil luchar contra todo un gubernamental autoritario que busca a toda costa destruir un sistema de justicia que sobre todo no es negociable y que necesitamos que sus modificaciones que pretende la 4T no se concrete porque se perdería la democracia del país, o inclusive el país mismo.

Como dice la ministra presidenta, si la Reforma Judicial se aprueba en sus términos ya no llegaría la persona más capacitada al puesto, sino las que ocuparán el cargo serán las más populares, la que se relacionó con los grupos de poder, provocando irónicamente lo que se ha intentado erradicar por años.

Todos los que entendemos el tema, sabemos que la reforma no aborda el problema de raíz, por lo que siempre desde la Suprema Corte de Justicia se ha buscado un diálogo plural y compartir los hallazgos para analizar cómo se afectaría con la reforma no solo el futuro de la justicia, sino de todo el país.

Nunca es conveniente llegar a la elección de los jueces, magistrados y ministros, porque es probable la caída de la inversión, lo cual afectaría al sector privado, corriéndose el riesgo del quebrantamiento de empresas importantes en México.

Sin duda, bajo la amenaza de este intento de golpe al poder judicial, existe una incertidumbre de los mexicanos, pues su existencia tal como lo conocemos ahora, es fundamental pues garantiza los derechos de todas y todos, así como la división de poderes.

En sus múltiples intervenciones para defender al poder judicial, Norma Piña ha dejado saber que el país hoy demanda un poder judicial fuerte, independiente y autónomo, pero también responsable y profesional que garantice el ejercicio de los derechos de todos los mexicanos, es por eso que la lucha para su defensa debe ser constante y sin descanso.

No hace mucho, la Magistrado de Circuito Celina Aidé Avante Juárez, dio una cátedra de lo que significa esta reforma al poder judicial, dijo, que el bien de México debe partir de premisas verdaderas, cómo es que, de los casi 53 mil empleados del poder judicial de la federación, se han denunciado alrededor de 350, los cuales han tenido que enfrentar un procedimiento por corrupción, que significa el 0.7 por ciento, lo cual se reduce a nada.

Además, el Poder Judicial para evitar el nepotismo, cuenta con un Comité de Integridad mediante el cual se informa a quién van a nombrar, sobre todo si este es familiar de algún empleado de la institución misma, por lo cual la revisión se vuelve exhaustiva y estricta.

También hizo referencia a que se evita el tráfico de influencias siendo vigilados todos los días durante la jornada laboral, por lo que los controles son correctos y funcionales que existen para los juzgadores federales, teniendo además una actualización permanente con altos niveles de exigencia.

Es importante resaltar que el sistema de justicia en el poder judicial es funcional, donde no puede desecharse lo que sí funciona, tampoco pueden echar a la basura jueces y magistrados que son excelentes para administrar justicia que tienen vocación de servicio, que son brillantes, que respetan y hacen valer la Constitución, que es lo que hace que todos los días acudan miles de ciudadanos a los juzgados por protección porque se sienten vulnerables por alguna autoridad.

De darse esta reforma impulsada por MORENA desde el poder legislativo, pudiera atrapar a México, en un sistema vulnerable, con jueces, magistrados y ministros sin conocimiento pleno de la Constitución, pero, además, sin preparación, que no ayudarían a las necesidades del pueblo ante los abusos de las autoridades.

En definitiva, el poder judicial no debe mediar la Justicia, porque esta, no se da a cuentagotas, nunca debe involucionar ya que es la mayor búsqueda de la sociedad, quizás sí, les ha faltado ingenio para hacer prevalecer y enaltecer su independencia, por lo que debe evolucionar y luchar contra las reformas a la Constitución.

Bien lo dice la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Justicia a través de su ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández, es una cuestión de derechos humanos, de equidad, de ética y de dignidad que involucra a todas las autoridades de los distintos niveles de gobierno.

Por el bien de la sociedad, esperemos seguir viendo jueces con actuaciones independientes e imparciales que honren y legitimen su envestidura.

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