COMO DOS GOTAS DE AGUA

Por: Benjamín García

Nadie puede dudar que la historia política en Nuevo León, en la actualidad, no se asemeja, no se parece, no es similar, simplemente se repite idénticamente; parece que la conducta del ex gobernador Jaime Rodríguez Calderón es copiada al cien por ciento por el actual mandatario Samuel Alejandro García Sepúlveda.

Como si la vida se empeñara en que, un estado tan trabajador, prometedor y siempre con mucho futuro, tuviera el destino de tener gobernantes mediocres, o bien, ambiciosos, que lejos de darle a los neoloneses una certeza administrativa, legal y de gran seguridad, buscan sueños, metas personales, pero nunca, un servicio a la comunidad que son los que los llevan a tener el cargo más importante de Nuevo León.

El domingo 12 de noviembre, el Gobernador en turno del Estado tuvo la osadía de comenzar un camino hacia una historia que ya conocemos, que ya sabemos en qué va a terminar y que al final los más perjudicados son aquellos que creyeron en un proyecto que hoy se desinfla, teniendo un desengaño claro, preciso, llegando así la decepción total.

Si recordamos, Samuel García fue un crítico insaciable, fue contundente cuando dijo muchas veces, que el exgobernador Jaime Rodríguez Calderón dejaba el cargo para competir por la presidencia de la república abandonando a Nuevo León a su suerte, exactamente lo que hoy el emecista repite de manera idéntica.

Ellos, son dos gotas de agua iguales, desde su intención de competir por la gubernatura, fueron fenómenos, sin un futuro prometedor, todos los daban por perdedores, pero el destino se encargó de llevarlos a la cúspide, donde en el caso de los dos, las redes sociales fueron el bastión para impulsarlos a la victoria, cuando nadie apostaría por ellos para llegar a tener el cargo de Gobernador del Estado.

Jaime Rodríguez Calderón, con su imagen recia de hombre de campo, con su rostro duro y unas botas que le daban la certeza de por donde caminaba, su chaleco de cuero y su sombrero de tres pesos, logró meter a la gente de Nuevo León en su proyecto, consiguiendo un millón de votos que le daba una plena seguridad de que Nuevo León sería lidereado por él.

Por otro lado, la crítica en contra del Gobernador en turno como lo era “El Bronco”, llevaron a Samuel García a amasar una esperanza en los neoloneses que, por fin, llegaría alguien a poner orden, a meter en cintura a cuanto funcionario desfalcó al estado con infinidad de conductas de corrupción; por eso le transmitía confianza a la ciudadanía, logrando establecer con este método, el camino al triunfo en las elecciones del 2021.

Igualmente, previo a las competencias del 2015 y 2021, Jaime Rodríguez Calderón y Samuel García Sepúlveda prometieron trabajar los seis años de manera incansable, los dos adelantaron que no abandonarían a Nuevo León para competir por el escaño más importante del país como lo es la presidencia de la República.

Sin embargo, el comportamiento de ambos fue como dos gotas de agua, los dos desafiaron sus promesas y se aventuraron a un futuro incierto, en el que perjudicarían el desarrollo de Nuevo León, con crisis de agua, de movilidad, de seguridad y quizás, la única diferencia es que Samuel García ha agregado la crisis política por la larga batalla que está sosteniendo con los poderes del estado. Jaime Rodríguez emprendió una campaña en donde buscó tener una estructura en el propio Gobierno que dirigía, consiguió firmas de apoyo, las que le exigían en el INE por ser requisito de manera irregular, recabó firmas entre funcionarios para conseguir la candidatura independiente a la Presidencia, se valió del apoyo ilegal de funcionarios públicos, de financiamiento ilegal a auxiliares y de la triangulación de recursos ilegales.

Más recientemente, en el pasado mes de septiembre, la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) solicitó al Congreso local que, en 30 días naturales, aplique sanciones por anomalías en la recolección de firmas en beneficio del exgobernador Jaime Rodríguez para ser candidato independiente en la elección presidencial del 2018.

Pero no fue esto lo más lamentable para Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, pues en marzo del 2022, el exgobernador de Nuevo León fue detenido por presuntamente desviar recursos públicos para recolectar las firmas que avalaron su campaña independiente a la Presidencia en 2018, lo anterior se derivó de una denuncia presentada en dicho año por Samuel García cuando era senador.

Parece que la vida se empeña en que Nuevo León esté condenado a repetir esa historia, ahora con Samuel García, pues está pasando por el mismo intento fallido de ser presidente que Jaime Rodríguez, con el casi mismo de tiempo igual que el Bronco, completando apenas dos años en el cargo de Gobernador, dejan acéfala la gubernatura cometiendo una serie de irregularidades.

Irregularidades, que si bien es cierto no son las mismas conductas, también lo es que todo este pleito con los poderes del Estado que hasta el cierre de edición se había recrudecido, Samuel García está en la antesala de ir a competir por el máximo escaño político del país, en medio de una crisis de seguridad, crisis hídrica, crisis de movilidad, crisis política y crisis de gobernabilidad.

La falta de acuerdos del Gobernador Samuel García con los poderes del estado de Nuevo León, ha provocado una pelea cruda y sin salida, donde la lucha legal ha sido larga y sin tregua, en donde se han inmiscuido amparos, controversias y denuncias penales.

Recientemente, cuando al Gobernador se le concedió la licencia de seis meses por el Congreso de Nuevo León, fue la punta del iceberg en estos constantes desacuerdos, pues el Congreso designó al Magistrado Arturo Salinas, Presidente del Tribunal de Justicia, como gobernador interino, para que de manera inmediata, se interpusiera un juicio de amparo en el Juzgado Séptimo de Distrito con sede en Reynosa, Tamaulipas, que sin ser competente para conocer del juicio por razón de territorio, concedió la suspensión provisional y definitiva del acto reclamado en el desconocía la designación del gobernador interino pronunciado por el Congreso por la inelegibilidad de este, abriendo la puerta al propuesto como encargado del despacho que había designado el Gobernador en la persona de su Secretario de Gobierno Javier Luis Navarro Velasco.

Con lo anterior, parecía que Samuel García saldría ganando y venciendo al Congreso para que su segundo en el Gobierno fuera el que gobernara durante su licencia por seis meses. Pero faltaban más resoluciones que pusieron a todos en su lugar, en fecha 13 de noviembre, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvía la controversia que pondría a todos quietos, en la que apegado a derecho desconocía los nombramientos de Arturo Salinas y el Secretario de Gobierno Javier Navarro como gobernador interino y encargado del despacho respectivamente, dando un vuelco importante en la vida de Nuevo León, pues se asoma por la ventana del palacio de cantera la ingobernabilidad.

Sin embargo, faltaba un pronunciamiento más de una autoridad bastante competente en este tema que como lo es el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que en fecha 15 de noviembre, confirmaría lo dicho por la Corte, la inelegibilidad de Arturo Salinas y la ilegal designación de Javier Navarro y deberá ser el Congreso nuevamente el que tome la decisión PARA NOMBRAR AL gobernador interino.

Con esto, Samuel se asoma a la posibilidad de repetir también esa parte en la que Jaime Rodríguez Calderón tuvo que ser encarcelado por conductas sancionables por la ley, ya que al designar el Congreso en donde el PRI y el PAN tienen mayoría, estarán poniendo lupa a todo lo administrado por Samuel García durante sus primeros dos años de gobierno, teniendo a su disposición, cada expediente administrativo, financiero y legal que se haya desarrollado por el Gobierno por el corto tiempo que Samuel García fue el Gobernador.

Jaime Rodríguez Calderón y Samuel Alejandro García Sepúlveda, podrían decir que la vida se encargó de que tuvieran una réplica de sus vidas y deseos personales.